Desde sus inicios en el mercado de agricultores hasta una cafetería tradicional con Square

La Barba comenzó con dos amigos tostando granos en casa en una máquina para hacer palomitas de maíz antes de avanzar a una tostadora hecha a mano con una parrilla de barbacoa. Cuando su círculo cercano comenzó a halagar su café, se conectaron con dos de sus amigos con mentalidad empresarial y comenzaron a hablar sobre llevar el café de especialidad a Salt Lake City.

El lugar natural para probar la venta de café tostado especial fue el mercado de agricultores. Desde los comienzos, los fundadores de La Barba recurrieron a Square para manejar las transacciones. Ese primer lector Square enchufable los acompañó cuando La Barba se popularizó en el mercado de agricultores. Con el aliento suficiente de sus clientes, los cuatro decidieron que el siguiente paso era tener una tienda física.